A finales de 2010 dos neoyorkinas
recién graduadas de la Harvard Business School tuvieron una idea innovadora
hasta el momento: crear una empresa que se dedicara a enviar mensualmente a sus
suscriptores una selección de muestras y/o mini tallas de cosméticos por un
módico precio (diez dólares), permitiéndoles así descubrir de primera mano
nuevas marcas y a las marcas llegar a más potenciales clientes. Un win-win. Así
nació Birchbox, que hoy cuenta con casi un millón de suscriptores en todo el
mundo, incluído España.
Al rebufo de esta idea surgieron
otras tantas empresas de cajas mensuales de todo tipo: cosmética, productos
gourmet, kits diy, productos para bebés…
La idea es buena porque cuenta
con algo muy atractivo: el factor sorpresa. ¿A quién no le hace ilusión recibir
un paquete en casa? Aunque sepas perfectamente lo que es, el ritual de esperar
al mensajero[i], recoger tu envío,
quitarle los precintos, descubrir el contenido… ¡no tiene precio! ¿O sí? Pues
sí. Las sorpresas son un arma de doble filo, y tan gratificante es encontrarte
con lo que esperabas como terrible cuando lo que ves no cumple tus
expectativas. ¿Dónde se pone el límite? Pues eso ya es a gusto del consumidor.
En mi caso no me compensaba el coste teniendo en cuenta que lo que me
interesaba no era el contenido sino el continente. Así es, ¡lo confieso! Soy
una adicta a las cajas. Sobre todo si son metálicas, seguidas de cerca por las
de cartón duro y después por todas las demás. Hago acopio de cajas aunque no
sepa qué voy a guardar en ellas, eso ya lo pensaré después. Cajas grandes,
cajas pequeñas, cajas diminutas, ¡todas para mí! Me encantan, sí señora. Ahora,
tanto como para pagar quince flauros por una cajita de cartón… tanto no.
Pero ¿y si fueran diez? ¿y si la
caja está ilustrada por Mr Wonderful? ¿y si es Navidad, y algún auto regalito
hay que hacerse? ¡Es que así es muy difícil resistirse! Así que he caído en la
tentación y he comprado una suscripción de tres meses a Birchbox, hace pocos
días recibí la primera caja y os comparto mi experiencia por si os interesa el
tema.
La cajita llega dentro de otra,
que una vez eliminadas las pegatinas con mi dirección y demás, también guardaré
(¡holi, Diógenes!). Ahora por la suscripción trimestral regalan 3 productos,
que son los que se ven en la imagen superior dentro de un sobre marrón. En mi
caso han sido:
·
Hidratante corporal de almendra, de Whish
o
No conozco la marca, aún así intentaré darle uso
aunque no prometo nada, siempre se me olvida echarme crema. No es algo que me
hubiera comprado por mi cuenta.
·
Bálsamo milagro para los ojos, de Balance Me
o
Dice de sí mismo que reduce las líneas de
expresión, suaviza la piel y disimula las ojeras. ¿Creo que vaya a hacerlo? No.
¿Lo probaré? ¡Por supuesto!
·
Mascarilla de ojos avanzada, de Miraur
o
Otra marca que no conocía. Dice que simula los
efectos del bótox y consigue un efecto lifting, eliminando signos de fatiga,
bolsas y ojeras y reduciendo notablemente las arrugas. ¡Ahí es nada! Se habrán
quedado agusto. Otro producto que no hubiera comprado por mi cuenta, aún así lo
usaré como contorno ya que lo tengo.
La caja en sí viene muy bien
presentada, con su papel seda a juego, y en esta edición, con un par de
detalles de Mr Wonderful muy cachondos: una tarjeta ilustrada con los “pequeños
grandes tesoros del día” y “el librito de mis pequeños grandes tesoros”, con
algún que otro consejillo, bastante publi y lemas geniales de Mr Wonderful,
como el de la contraportada, que suscribo 100%:
“Aunque los cosméticos y el
maquillaje a veces
ayudan, no olvides que como tú no hay nadie.”
En cada caja vienen productos
distintos para cada suscriptora, supuestamente los eligen en función de un
perfil que rellenas al registrarte. En mi caso sí creo que han tenido en cuenta
lo que indiqué, en general. Me ha llegado lo siguiente, empezando por arriba y
en sentido de las agujas del reloj:
·
Aceite capilar protector del calor, de Beauty
Protector
o
No conocía la marca, pero sí es algo que uso, ¡bieeeeen!
La muestra es pequeñita, y aunque me guste no creo que lo compre porque hay
aceites similares por menor precio.
·
Esmalte de uñas, de Nail Girls
o
Cuando rellené mi perfil, marqué la casilla “No
me interesan los esmaltes de uñas, no me enviéis más de seis veces en un año “,
o algo así. Técnicamente, pueden enviármelos en las 3 cajas y cumplir con esto,
pero es que no daban la opción “Esmaltes ni de coña, thanks!”. Mal, Birchbox,
mal. Pero bueno, no pasa nada, mi madre ya le ha hecho ojitos y dará buen uso
de él.
·
Manteca corporal, de Korres
o
Otra hidratante corporal, de una marca que sí
conocía. Huele de vicio y el tamaño está bastante bien, ahora sólo falta que no
se me olvide usarla, glups.
·
Hidratante facial oil-free, de Repavar
o
Bueno, soy un desastre ¡pero esto sí que lo uso!
Y además es adecuada a mi tipo de piel, de una marca que me gusta, y en tamaño de
venta. Sólo con esto ya me ha compensado el coste de la caja, ¡guay!
·
Lápiz de ojos negro, de Eyeko London
o
Se puede usar como delineador (grueso) o como
sombra, difuminando. Lo usaré aunque no es algo que me hubiera comprado, tiene
un formato extraño.
Y por último, os dejo unas fotis
de lo que más me interesaba, que es la caja. Súper mona con su mensaje de Mr Wonderful,
en dos colores y con lunares por dentro. ¡Preciosísima! Ya estoy buscándole un
hueco mientras espero las dos siguientes.
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